EL
DÍA QUE MI PAPÁ SE PUSO UN DELANTAL
Un
día mi padre entró en la cocina con paso decidido y se puso una
prenda rara sobre su cuerpo ¡Era un delantal¡ Entonces a mi no me
sorprendió que se pusiera el delantal porque él casi siempre ayuda
en la cocina a mi madre, sobre todo los fines de semanas al almorzar
y al cenar y los días entre semana en la cena. Las comidas de los
fines de semanas son un show porque siempre nos lo pasamos bien entre
familia cocinando, disfrutando de estar juntos y ayudarnos en lo que
no sabemos hacer. Los platos que mejor se le dan a mi padre son la
paella y los postres.
Me
acuerdo de un día en que mi padre se propuso hacer una tarta que le
gustara a todo el mundo para mi cumpleaños y lo consiguió, todos le
decían que estaba buenísima. Mi padre consiguió hacer una tarta
buenísima que valió la pena probar.
Me
gusta estar con mi padre y mi madre en la cocina porque cuando
cocinamos en familia el tiempo parece que no corre y disfruto estando
con ellos y hablando de algo. Además de cocinar, mi padre se inventa
recetas que te parecen raras pero luego están riquísimas. Una vez
se propuso hacer una receta que llevara muchas especias, pero que
estuviera buena. Tras mucho pensar no consiguió nada, pero un día
haciendo filetes de pollo se le ocurrió echar algunas especias de
las que pilló en un filete y lo puso a la plancha, lo probó y
estaba buenísimo, parecía una locura, pero en realidad estaba
bueno.
Cuando
hacemos algún perol él siempre quiere ayudar en la cocina porque le
encanta cocinar. A mi padre se le da muy bien la cocina y siempre se
esmera mucho en lo que hace.
Mi
padre me ha dicho que el trabajo de cocinar es un trabajo tanto de
mujeres como de hombres y que es un trabajo al que se debe dedicar un
tiempo para poder sacar una receta que valga la pena probar y decir
que está buena. Tanto el trabajo de ser cocinera, como el de ama de
casa que es uno de los que menos se valora en el mundo, son trabajos
en el que tanto hombres como mujeres deben participar. También me ha
dicho que debo valorar a todos los trabajos por igual porque todos
ellos requieren un esfuerzo muy grande. También me ha enseñado a
que nunca me debo de dar por vencido porque lo imposible no existe en
este mundo y que todo se puede lograr con un poco de esfuerzo y
echándole ganas de hacer lo que te propones lograr.
Me
gustaría, aparte de mi familia, que muchas familias se repartieran
las tareas de casa y que disfruten de pasar un rato en familia porque
hacer algo en familia no es perder tiempo, es ganar en felicidad y en
bienestar. Eso es lo que opino yo, que la familia es un regalo que
hay que cuidarlo todos los días.
Realizado
por: Ana María Casado Carmona. 6ºA
Trabajo
premiado en el concurso del día de la mujer 2013 organizado por La
Mancomunidad Campiña Sur.